Cuando era niño, recibí un tratamiento inadecuado por mi discapacidad de aprendizaje. No fue hasta los diez años que se inició una evaluación adecuada y un plan de tratamiento adecuado. Me diagnosticaron disléxico. Antes de recibir tutoría, cerraba los ojos, veía la oscuridad y no podía conceptualizar visualmente ninguna palabra. Mis dificultades de lectura afectaron particularmente mi rendimiento académico, porque no podía seguir las instrucciones. Debido a estas dificultades de aprendizaje, la escuela primaria conllevó experiencias frustrantes y a menudo aterradoras.

Sé de primera mano por lo que están pasando usted y su hijo. También sé que con la intervención adecuada y la orientación de los padres, sus hijos florecerán y alcanzarán su máximo potencial académico y socioemocional.

He dedicado mi carrera profesional a ayudar a las familias a no desgarrarse por el estrés y el miedo a lo desconocido. Como su asesor educativo, estaré disponible para ayudarlo a ayudar a su hijo a sentirse exitoso.